Se requirió de un siglo para demostrar la predicción de la existencia de Ondas Gravitacionales realizada por Albert Einstein, pero finalmente se logró. Cien años atrás el científico dio una receta para predecir el modelo de gravedad que él describió. En oposición a la ley gravitacional Newtoniana, para Einstein la gravedad no era una fuerza de atracción entre los objetos, según su paradigma expuesto, la gravedad es una distorsión en el tejido conformado por el espacio y el tiempo. Si tuviéramos un objeto con masa, pensemos en una bola de bolos y dejáramos caer su peso sobre un lienzo templado veríamos como su masa distorsiona el plano del lienzo, y si agregáramos a ello una pequeña canica en las inmediaciones de la gran esfera esta orbitaría en la forma cónica allí formada.

Uno de los discípulos de Einstein, John Archibald Wheeler, describía este modelo gravitacional con la frase: “La materia le dice al espacio cómo curvarse, el espacio le dice a la materia cómo moverse”. Ahora bien, si se tiene una alteración en el tejido espacio y tiempo, esta emanará como una onda moviéndose a la velocidad de la luz, y esta onda que fue descrita en el trabajo de Einstein poco menos de cien años atrás, fue demostrada recientemente, una onda que ha estado viajando por el tejido espacio-tiempo por 1300 millones de años, y este es el registro del colapso de dos gigantescos agujeros negros que se reducían a uno solo.

Una gran alteración en el tejido espacio-tiempo permitió que los instrumentos de medición se movieran infinitesimalmente para poder comprobar la teoría de Einstein. Fue el último instante de la fusión de estos agujeros negros en el que se emitió tanta energía, más energía incluso que todas las estrellas del universo combinadas, esto en solo una fracción de segundo, suficiente para que tras 1300 millones de años la onda pasara por LIGO, el interferómetro laser capaz de detectar la menor perturbación, cambiando la longitud entre dos espejos suspendidos por cables. El cambio de la longitud fue de tan solo una fracción del diámetro de un núcleo atómico, la medida más precisa jamás realizada, LIGO es capaz de detectar cambios cuánticos incluso en moléculas, una obra maestra de ingeniería, elemento necesario para demostrar la certitud de la teoría gravitatoria de Einstein, que va al lastre una vez más con lo que por muchos años fuera uno de los pilares de la física, la Ley de la Gravitación Universal Newtoniana.

Ante la pregunta ¿cómo cambia este descubrimiento el mundo de la ciencia? podemos asegurar que este paradigma ya cambió el mundo desde su postulación teórica por Einstein en 1915, y solo faltaba el elemento científico de la comprobación experimental. Más interferómetros se construyen alrededor del mundo listos para escuchar los ecos del nacimiento del Universo.