En una zona rural de Guatemala un grupo de investigadores a mediados de la década de los 60, comenzó a difundir un suplemento nutricional a familias de bajos recursos. Los investigadores querían probar la eficiencia de dar a los niños suficiente proteína en sus primeros años de vida para reducir la incidencia de un crecimiento atrofiado.
Uno de los beneficios, fue el crecimiento de uno a dos centímetros más en su estatura en comparación con otros niños de su edad, pero éste no fue el único cambio notorio, los niños que recibieron alimentación adicional tuvieron un alto promedio en pruebas de lectura y conocimiento en la edad adolescente. Cuando los investigadores regresaron en el año 2000, las mujeres que recibieron en los tres primeros años de vida suplementos, completaron más años de escolaridad y los hombres recibieron más ingresos económicos, lo que mejoró sustancialmente su calidad de vida.
Para Reynaldo Martorell, especialista en nutrición materna de la Universidad Emory en Atlanta, Giorgia y quien dirigió los estudios de seguimiento, dijo: “si no hubiéramos realizado seguimiento a esta investigación, el estudio habría sido olvidado, además, las conclusiones hacen que las instituciones financieras, como el Banco Mundial, piensen en intervenciones nutricionales tempranas como una inversión a largo plazo de la salud humana de las poblaciones menos favorecidas.
Esta investigación en Guatemala y otros países como: Brasil, Perú, Jamaica, Filipinas, Kenia y Zimbabwe, han asociado a la pobreza con el retraso en el crecimiento de los niños que tienen resultados preocupantes en las pruebas cognitivas, ya que son más bajas y tienen un peor rendimiento escolar.
Este estudio ha mostrado que la mala nutrición de un niño en su vida temprana, no solo aumenta enfermedades diarreicas, sino que además precede en su déficit mental y mortalidad, su desarrollo neurológico se ve sustancialmente afectado a largo plazo.
Lo que muestra este estudio, es que las políticas públicas deben actuar para que los niños reciban alimentación apropiada en sus primeros años de vida, y no olvidarse de las poblaciones menos favorecidas, esperemos no estar lejos de ello.