Educar, por Gabriel Celaya*
Educar es lo mismo que poner un motor a una barca, hay que medir, pensar, equilibrar, / y poner todo en marcha.
Pero para eso, / uno tiene que llevar en el alma / un poco de marino, / un poco de pirata, / un poco de poeta, / y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar, / mientras uno trabaja, / que esa barca, ese niño / irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío / llevará nuestra carga de palabras / hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día / esté durmiendo nuestro propio barco, / en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.
“Quien pone bien la proa sabe a dónde va” (Maqroll el gaviero)
Desde hace poco trabajo en una Institución educativa de básica secundaria y media como docente de aula en el Valle del Cauca, Colombia, donde me desempeño como docente de aula de humanidades. La semana del 23 al 26 de Agosto de 2022 los estudiantes participaron y realizaron la semana cultural. Durante ésta semana por una casualidad me di cuenta de que los estudiantes, niños y niñas del grado sexto de la institución, a hurtadillas, ocultamente, me tienen como apodo “El Maestro Roshi”. Lo anterior me invitó a investigar y ver en YouTube e internet quién es ese personaje de anime y dragón ball Z, de artes marciales que vivió 354 años, es calvo, anciano y tiene gafas.
Una vez vi varios capítulos de la serie, vinieron a mi mente algunas preguntas sobre el quehacer de nuestras prácticas pedagógicas. Empecé a indagar que me enseñaron los estudiantes durante ésta semana cultural. Pasé de docente a estudiante, entonces me pregunte:
¿Qué le puede enseñar un niño de 11 o 12 años a un adulto de 59 años? Nos puede enseñar cómo se vive a los 11 años, qué se pregunta uno a los 11 años y qué lo motiva a quedarse en la escuela, qué programas y actividades se goza, qué preguntas tiene uno a esa edad y qué posibles impactos genera en un docente adulto en los infantes o adolescentes los adultos. En resumen nos pueden enseñar pedagogía, formas de trasferir y compartir inquietudes. Eso fue lo que aprendí esta semana de los estudiantes de los grados 6 a 11 grado. Sobre todo aprendí formas sobre evaluación y valoración menos punitiva, más juguetona. Aprendí que gran porcentaje del aprendizaje está fuera del aula. Aprendemos de otra manera.
¿Qué aprendí en la semana cultural? Esta semana aprendí que los verdaderos maestros están fuera del aula, que la enseñanza está por fuera del aula escolar; en espacios sociales no necesariamente examinados, no escolarizados, no convencionales. Aprendí que la era digital derrumbó las aulas y que existen “pedagogías emergentes”. Aprendí que nos reunimos en la escuela a compartir, no para aprender. Aprendí que la escuela vivifica, da sentido y genera una sensación de que vivir es bueno y que el otro es absolutamente necesario. ¿Quién nos enseña?, el otro, sin importar su edad o sus pergaminos ¿De quién aprendo? Aprendí de los lenguajes de los estudiantes y sus creaciones pedagógicas para trasferir el conocimiento presencial, no digital como lo quiere, “sospechosamente” la institucionalidad global. Recordé a los académicos M. Batín y a L. Wittgenstein y entendí por qué optaron por irse lejos a enseñar a escuelas rurales.
¿Quién me dice que lo que aprendo tiene certeza?, quizás los viejos, los ancianos. Siempre me he preguntado si podemos enseñar a otro o simplemente lo que hacemos es compartir nuestras cuitas; nuestras incertidumbres, penas y escepticismos, para recordar a Goethe. Enseñar es un parto cotidiano que no está hecho para seres normales. Es necesario tener algo de anormal, lanzarse a mares desconocidos para que la clase sea grata, vivificante. Entonces R-E-S-P-I-R-É y me fui a casa, solo como siempre y pensé en la barca de Caronte, otro artículo y reflexión que escribí durante la pandemia.
Buen día, buen viento buena mar con sus cometas, sus embarcaciones y sus flotas marinas: barcos, potrillos, lanchas, barcazas, buques y submarinos. Quizás, pienso, los niños son una barca y usted un buque, pero ambos van en el mismo mar y los baña la misma agua. Igual todos iremos al cadalso insondable de la barca de Caronte.
Agosto de 2022, Maestro Roshi.
Referencia: Podcasts, Memo ángel UPB Medellín. La Otra Historia #936 Enseñar para Habitar. Radio Bolivariana.
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*Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta, conocido como Gabriel Celaya, fue un poeta español de la generación literaria de posguerra. Celaya fue uno de los más destacados representantes de la que se denominó «poesía comprometida» o poesía social.
Omarucho, editorial el Retrete. Agosto 27 de 2022.La Cumbre, Valle del Cauca.